Los japoneses designan como ramen a una sopa de fideos chinos, por lo que a esta receta yo la definiría más como “Ramen de pollo”. No sé, más que nada por diferenciarla de las que seguramente haré más adelante, basadas en pescado. Digo esto porque no creo que a mis visitantes asiáticos les vaya a convencer el nombre que le he puesto al plato.
No recuerdo si lo dije aquí, pero estoy escribiendo un cursillo sobre pasta casera para 68Grados.com (que será gratis y te enterarás cuando salga si te apuntas a su boletín de noticias) y como ampliación al curso hablaré de los fideos chinos y en general de la pasta “no italiana”. Y de tanto escribir a uno le entra hambre siempre cuando hay pocos ingredientes en casa y aún menos ingredientes.
Esta receta de ramen es más la explicación de una experiencia que una guía para seguir paso a paso como la mayoría de recetas que se encuentran aquí, así que las medidas serán aproximadas y el lector curioso y hambriento que quiera comer este ramen de pollo en casa deberá utilizar su criterio culinario -que a estas alturas ya debería estar muy desarrollado jejeje-
Este plato, que se deberá servir muy caliente, está formado principalmente por un caldo de pollo, fideos alcalinos (ya diré como los hice), carne de pollo desmenuzada y un huevo duro (o pochado). He puesto cebolla tierna para agregar frescura y textura crocante ya que el resto no tiene nada de eso. También agregué un poco de guindilla pero no estoy muy seguro si fué en la forma más acertada.
Ingredientes
Para los fideos
- 400 g de harina (yo usé italiana 00 porque es muy fina)
- 20 g de carbonato sódico
- 100 g de agua caliente
- 100 g de agua fría
Para el carbonato sódico
- 50 a 100 g de bicarbonato de sodio
Para el caldo
- Carcasas de pollo, aunque también usé patas y muslos
- Cebolla
- 6 o 7 dientes de ajo
Para la guarnición
- Algo de Cebolla tierna
- Guindillas frescas
- Un huevo
Preparación
Comenzamos preparando el carbonato de sodio, en este tipo de sopas se utilizan fideos que han sido sometidos a un medio alcalino, es muy común utilizar ácidos en la cocina (para hacer ceviches o aliñar una ensalada) pero no tanto utilizar álcalis, hacemos uso del bicarbonato y poco más. Lo cierto es que las proteínas de la harina se ven afectadas si se encuentran en un medio alcalino, dando a los fideos una textura y color distintos a los que habitualmente estamos acostumbrados a ver.
La receta original de los fideos chinos utiliza Kansui, que es agua con alta concentración de carbonato potásico y sódico. Nosotros haremos nuestro propio kansui porque no creo que en el supermercado lo vendan ya hecho.
Necesitaremos carbonato sódico que, dado que no es tan fácil de encontrar en calidad alimentaria, fabricaremos nosotros por descomposición térmica. Nos olvidaremos por ahora del carbonato potásico porque no es tan fácil de conseguir.
Sobre una bandeja forrada con papel de horno espolvorearemos bicarbonato de sodio para luego someterla durante al menos 1 hora a 200 ºC en el horno. En este proceso, el bicarbonato se convierte en carbonato eliminando una molécula de agua y otra de CO2.
Por otro lado, comenzaremos a hacer el caldo dorando las piezas de pollo hasta dejarlas muy doradas (sin quemar), yo lo hice sobre una olla con algo de aceite primero y luego las pasé a una olla a presión para tener más sitio. Hay otros métodos como rostizarlas en el horno que imagino que también irán bien, en definitiva lo que hay que hacer es dorar lo más posible el pollo porque ese dorado va a oscurecer el caldo y a aportar mucho sabor.
Una vez que el pollo está dorado, se pasa a la olla a presión a la espera de la cebolla que cortada en 2 está dorándose en la sartén. Si, cortas la cebolla en dos y pones a dorar en una sartén las caras planas hasta que estén casi quemadas. También puse unos dientes de ajo.
Cuando la verdura tenga color, se pasa a la olla a presión y se agrega agua. Yo lo hice a ojo, no es necesario que sea mucho porque no se evaporará. Cuanto menos agua, más intenso será el sabor.
Pongo la tapa y a hervir durante 2 horas, una vez que haya alcanzado su presión.
Ya tenemos el caldo haciéndose y con el carbonato que ya estará listo comenzaremos a hacer los fideos. El carbonato se mantiene bien en un bote, por lo que es interesante hacer cantidad y guardar para la próxima vez.
La masa de los fideos se hace de la siguiente forma: se disuelve el carbonato (el bicarbonato “cocinado”) en el agua caliente y cuando esté disuelto completamente agregamos el resto de agua. Sobre esto, la harina, y comenzamos a amasar hasta formar una masa homogénea y de superficie tersa. No tiene mucha agua así que la masa será bastante dura, más o menos como la pasta al huevo italiana.
Tapamos con film y dejamos reposar una hora más o menos, luego se divide la masa y se aplana con un palo para poder pasarla por la máquina de pasta. Un par de pasadas y luego se cortan los fideos que no deberían tener más de 3 milímetros de ancho.
Espera a que el caldo termine de hacerse, al abrir encontrarás un líquido marrón que habrá que colar y la carne del pollo prácticamente deshecha. Separa los huesos y desmenuza el pollo, así se agregará al plato.
El caldo al enfriarse forma una película de gelatina en su superficie, yo la he quitado. Imagino que eso dependerá del gusto de cada uno. Lo cierto es que si el caldo está caliente la gelatina se funde y no te enteras de que está.
La cebolla estará completamente marrón, al igual que los ajos y yo he intentado pasarlos al plato sin deformarlos, con bastante éxito he de decir.
Ahora queda hervir los fideos en agua y sal, dos o tres minutos son suficientes. O tal vez menos si tenemos en cuenta que luego los uniremos al caldo caliente. Mientras se preparan los fideos también se prepara un huevo duro (cada dos comensales) o un huevo pochado (uno por plato) si quieres una textura más cremosa.
Ya está todo preparado para unirlo en el plato, por un lado la carne desmenuzada, por otro los fideos y el huevo y por debajo el caldo de pollo. He agregado la parte verde de una cebolla tierna y un poco de guindilla para compensar algo el sabor intenso del caldo.
Así queda, aunque la foto no haga mucha justicia al sabor. Se debe comer con palitos, pero mis habilidades con ese utensilio es más que limitada así que usé un tenedor, avergonzado.
Tengo que decir que los fideos solos, es decir sin estar dentro del caldo y unidos al resto de sabores del plato, son bastante feos. El sabor alcalino se siente muchísimo, una vez que están en el plato eso es imperceptible, pero si alguna vez hago este plato con caldo de pescado o con un caldo muy suave tendré que acordarme de utilizar menos cantidad de carbonato de sodio.
Por último, queda a gusto del consumidor agregar un poco de sal y una pizca de glutamato monosódico. Esto ayuda mucho a realzar los sabores.
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